El fín de las islas legislativas

Un problema enorme para la nación Internet

La mayoría de nosotros nos atrevemos a comprar en eBay por valor de 20, 30, 40, 50 euros/dólares pero cuando el artículo vale más … nos lo pensamos dos veces. La razón es que sabemos que si algo va mal, estamos indefensos. No conocemos la identidad de la otra parte, ni donde vive, ni la legislación de su país. Incluso aunque lo supiesemos, probablemente no haríamos nada. Vivimos en un mundo de islas legislativas. La justicia tradicional es cara, lenta y compleja. Es un sistema ineficiente. La mayoría piensa que no merece la pena meterse en esa pesadilla por esas cantidades. El resultado son millones de transacciones que nunca llegan a producirse. El tesoro oculto del comercio electrónico. Un potencial que no se hace realidad. El comercio electrónico, tal como lo conocemos, es una sombra de lo que podría llegar a ser.

Es un problema del que llevamos años hablando y que aún no ha sido resuelto. Un problema difícil con muchos nombres y muchas caras: autenticación, falta de recurso, contratos no vínculantes y, últimamente, Identidad 2.0,… La gente confunde la validez de los contratos online con la capacidad de hacerlos cumplir. Cualquiera puede abrirse una cuenta de correo en Yahoo y apretar el botón “Acepto los términos y condiciones”. Sí, en teoría es un contrato válido pero en la práctica, si intentas hacerlo cumplir en el mundo físico, en un tribunal real, vas a pasar un mal rato. ¿Quién apretó el botón? ¿Eras tu desde esa IP o era otra persona navegando a través de un proxy? ¡Eso no es un contrato, es una broma!.

En Tractis creemos que la justicia lenta, cara y compleja no es justicia. Un mundo de islas legislativas está bien para las grandes compañías con fuerte presencia internacional, montones de tiempo, dinero y abogados expertos; pero es inútil para el individuo o la pyme. Creemos que cuando los acuerdos online se convierten en una broma, pierdes negocio. Y nos hemos propuesto encontrar la solución. Tractis te permite negociar y firmar contratos online que realmente puedes hacer cumplir en el mundo físico.

Entrelazando tecnologías y legislaciones

La tecnología de Tractis es capaz de procesar certificados digitales emitidos por cualquier autoridad de certificación, sea un gobierno (p.ej: el Ministerio del Interior español con el DNIe), una compañía (p.ej: Verisign) o una asociación profesional (p.ej: un Colegio de Abogados). Y no nos referimos únicamente a PKI, planeamos abrir Tractis a cualquier método de autenticación: autenticación por móvil, OpenID, PGP, bíometría, o one-time-tokens.

Y sí, Tractis es capaz de mucho más. Te permite navegar y editar contratos con facilidad, hacer comentarios públicos o privados a tu equipo de negociación, bloquear el contrato hasta que termines tus cambios, revisar y comparar versiones antiguas, invitar miembros a tu equipo de negociación, iniciar negociaciones multilaterales y establecer permisos a nivel individual (administradores, editores, lectores, ¿invisibles?, ¿permiso para firmar?). Muy pronto podrás utilizar Tractis Library, una biblioteca de contratos y clausulas compartidas por la comunidad, para importar plantillas y empezar a negociar inmediatamente.

La pieza clave de todo es que la ley de casi todos los gobiernos reconoce la misma validez a la firma digital que la manuscrita. No solo en todos los países de la Unión Europea sino también en países como EE.UU., Canada, China, Brasil, Argentina, etc. En otras palabras, un contrato Tractis es válido y puede hacerse cumplir en todos esos países.

Piensa en ello. Los contratos están por todas partes: licencias de software, acuerdos de alquiler, garantías, conexión de Internet, servicios financieros, subastas de artículos de segunda mano… lo que se te ocurra. Una vez que tienes un contrato online que puedes hacer cumplir, aparece todo un mundo de posibilidades. Como arbitraje online con decisiones jurídicamente vínculantes a nivel mundial, o micro-seguros: “compra en eBay con un microseguro Tractis, páganos 5 euros y, si la otra parte te estafa, nosotros te devolvemos el dinero” (y nos encargamos de recuperar la deuda, de la otra parte haciendo cumplir el contrato en su jurisdicción). ¿Suena interesante? Lo es. Tractis soluciona un problema muy real que nos ha acompañado durante años.

La Justicia necesita un cambio

Hemos llegado todo lo lejos que podíamos llegar con medios informales: emails, pseudo-anonimato, sistemas de reputación. Están bien. Pero en Tractis nos centramos en las comunicaciones formales, la barrera de los 100 euros/dólares donde las partes se toman muy en serio cosas como autenticación, prueba de contenido, recepción, envío. Propiedad inmobiliaria, coches, maquinaria, joyería, coleccionables… Nos referimos a negocios en serio.

Es un gran problema. Es una tarea enorme. Pero puede hacerse. De la misma forma que Skype utiliza una red abierta, independiente y descentralizada para poner a las telco de rodillas, Tractis utiliza internet para competir con los tribunales y aseguradoras tradicionales donde no pueden llegar.

Ahora mismo estamos trabajando en terminar Tractis y esperamos lanzar en el primera mitad de 2007. Queremos que Tractis te proporcione las herramientas para hacer posible un sistema internacional de justicia online barato, rápido y sencillo. Un sistema de, para y por la nación Internet.

Feliz Año Nuevo. Va a ser un año genial. ¡Ayúdanos a correr la voz!

Por David Blanco
Guardado en: Business, Identidad, Justicia, Tractis | 11 comentarios » | 6 de Enero de 2007