«Despapelizar» un país

Sin dudas todos los trámites que hago son agobiantes. Que documentos, fotocopias, que firmas, que esperas largas. Los papeles que se pierden, los papales que fueron a otra dirección. Siempre es lo mismo. Lo curioso es que vivimos en un mundo informatizado, pero en materia trámites que, requieren una presencia y una firma, nos sitúa en la Edad de Hierro.

Pero poco a poco va cambiando. El otro día, había ido a hacer un cambio de dirección a la Seguridad Social. El buen hombre me atendió con una sonrisa justa y comenzó a tocar sus teclas para buscarme en la base. Miré su pantalla como de costumbre y no pude creer lo que veía: un MS-DOS 6. Me dije que esto no me sucedería a mí. Realmente, es increíble como se derrocha la tecnología de hoy. Hay tanta, buena y extensible, que me cuesta creer que no la podamos aprovechar. Por suerte, España —país donde resido— está en camino de digitalización, aprovechando el DNI digital, las firmas digitales, comparados con otros países Europeos donde miran esto como un arma en contra. Para mí es fantástica la idea y, siendo argentino, me siento aún más sorprendido al leer que en mi tierra se han firmado convenios para «despapelizar» (sic) el gobierno. Sin dudas, quien no ha vivido un trámite en Argentina no sabe lo que es esperar meses para una cosa que podría tomar minutos.

Fernández también aprovechó el acto para anunciar la puesta en marcha de la Ley de Firma Digital que “permitirá eliminar los papeles y formularios en transacciones, lo cuál redundará en una reducción de tiempos y costos”.

El papel se amarillenta, se corroe y es devorado por las termitas al cabo del tiempo. Los viajes al ayuntamiento me cuestan dinero. El tiempo que espero para que me atiendan no me lo remuneran. La cara del funcionario de mala hostia me la tengo que comer y, la verdad, no me agrada demasiado. Quiero actualizar mi empadronamiento con tres clics. Quiero cambiar de domicilio en 10 minutos en la mañana, mientras desayuno. Quiero firmar un contrato sin moverme de mi oficina, y que la contraparte pueda firmar en los próximos 5 minutos, con toda legalidad. Me pregunto, ¿por qué estamos sujetos a esto? ¿tenemos que vivir de la firma a pulso, de las colas interminables, los MS-DOS, de los contratos que vienen y van en correo?

Basta de papeles.

Por Diego Lafuente
Guardado en: Tecnología | Sin comentarios » | 20 de Junio de 2006

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